Desde su silla lucha día tras día contra su enfermedad,
los años pasan y pesan.
La juventtud se evapora y deja paso a la decrepitud.
Consumido se vende al sueño eterno:
Amargo viaje a la dulce libertad.
Un jardín del que nunca podrás escapar,
prisión para la eternidad.
¡Eh! una pasada este poema.
ResponderEliminar"Consumido se vende al sueño eterno:
Amargo viaje a la dulce libertad"